El artista murciano, que expone por cuarta vez en Aragón, presenta una colección de 15 piezas en la que –como en otros trabajos- pintura y escultura son inseparables
La galería de arte Antonia Puyó de Zaragoza inaugura el próximo jueves 23 de septiembre la exposición individual ‘La piel de la pintura’ del artista murciano Rafael Fuster.
La muestra, que podrá verse hasta el 27 de noviembre en la capital aragonesa, la configuran un total de 15 piezas elaboradas por Fuster en los últimos años, en la que –como en otros trabajos suyos- pintura y escultura son inseparables.
El título se inspira en un texto del pintor Guillermo Pérez Villalta donde escribe que, tras finalizar el trabajo para una exposición y desclavar los lienzos de los bastidores: “Cogí un lienzo para enrollarlo, mis manos lo soportaron como la flácida piel de la víctima inmolada”.
Para el artista “la piel de la tela, desprovista de su bastidor, adquiere forma maleable, imprecisa e informe al ser arrugada. Esa semejanza entre el lienzo y la piel queda de manifiesto en las piezas de esta serie que, como en anteriores trabajos, guardan una relación indivisible entre pintura y escultura”.
Explica el artista que el tema de esas pinturas, al ser arrugadas, “queda misteriosamente velado en una maraña informe de pliegues. Son pinturas ilusionistas que parten de obras del pasado, reducidas casi a la abstracción y cuyo origen está en la referencia de una obra apegada a la realidad, como la de Sánchez Cotán, Picasso, Morandi, Giorgia O’keeffe o el ya citado Pérez Villalta, entre otros. Son homenajes -más que a unas obras concretas de estos autores- al oficio y a la vida de pintor”.
Vínculo con Aragón
‘La piel de la pintura’ es la cuarta muestra que Rafael Fuster lleva a Aragón: la segunda en la Galería Antonia Puyó; Cuarto Espacio y Valtorres. La relación del pintor con tierras aragonesas arranca en el 2017, tras recibir una beca de residencia en uno de los denominados ‘pueblos de la España vaciada’, Valtorres, que cuenta con poco más de 60 habitantes.
En 2019 llevó el proyecto cultural ‘El arte de los niños’ al encuentro cultural ‘Saltamontes Festival’ en Torralba de Ribota, cuya escuela estaba cerrada al no contar con niños suficientes. Aquel verano, Rafael Fuster consiguió reunir en una sola tarde a más de 50 niños de diferentes localidades para impartir un taller de pintura y escultura.
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