Con los talleres online ‘Conectados desde el Salzillo’, dirigidos por el artista Rafael Fuster, “se ha creado una manera única y diferente de estar, conocer y visitar el Museo”
Desde diferentes puntos geográficos, los niños han conocido al imaginero murciano, han descubierto las infinitas posibilidades del reciclaje, han interactuado con otros niños y -sobre todo- se han divertido aprendiendo
El proyecto ‘Conectados desde el Salzillo’ del Museo Salzillo de Murcia concluye su primera edición después de que unos 350 niños y niñas hayan participado en los 12 talleres online celebrados los sábados, de 11 a 12:30 horas, del 14 de noviembre al 13 de febrero de 2021.
En todas las sesiones, el Museo Salzillo de Murcia se ha abierto a niños y niñas de Murcia, Cartagena, las Torres de Cotillas, Molina de Segura, Alhama de Murcia, Cieza, Madrid, Vélez Blanco, Paracuellos del Jarama (Madrid), Jerez de la Frontera, Granada, Gijón, Salamanca, Fuentesaúco en Zamora, Santa Cruz de Tenerife o Valencia. Cumpliendo así uno de los objetivos del Museo Salzillo de Murcia, según su directora, María Teresa Marín, de “llevar la vida y obra del escultor murciano más allá de los muros del Museo, en plena pandemia. Sin lugar a duda, ha sido una estupenda iniciativa que ha ayudado a darle ‘vida’ al Museo de una forma novedosa y diferente”.
Marín también señala que “este proyecto ha salido adelante gracias al apoyo de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús; de su presidente, Emilio Llamas; y de Vidal Golosinas, pues con su patrocinio pudimos poner en marcha el proyecto”.
Los talleres han sido impartidos cada semana por el pintor y escultor murciano, Rafael Fuster, que ha adaptado el proyecto ‘El arte de los niños’ a las exigencias que toca vivir como consecuencia de la COVID-19.
Además, el Museo ha expuesto un Belén elaborado con los trabajos que se han realizado por parte de todos los niños. El Belén de ‘Conectados desde el Salzillo’ ha reunido más de un centenar de pequeñas piezas hechas con materiales reciclados. El Belén ha estado expuesto en la Sala de los bocetos del Museo hasta el pasado 2 de febrero, fecha en la que –como manda la tradición- se suele recoger y guardar el Belén hasta el año próximo.
Los niños han creado sus obras con muy diferentes materiales: cartones, recortes de periódicos, revistas, cartulinas, hueveras, plásticos, el alambre de las mascarillas… En definitiva, utensilios en desuso. Fomentamos así al valor del residuo, la reutilización y la importancia de la sostenibilidad y su compromiso con la sociedad y el con el medio ambiente.
Aprender, reciclar y divertirse
Los talleres online se imparten en las propias salas del museo, conviviendo entre las obras del genial escultor. Además de ver el Museo, se han mostrado fotografías en primerísimo plano de las tallas o las piezas del Belén, obras de otros autores, trabajos de los niños y ejemplos de obras realizadas con materiales reciclados, así como videos confeccionados exprofeso para los más pequeños. El objetivo es intercalar todo este material con las intervenciones del artista Rafael Fuster y la de los propios niños para dotar a las sesiones de gran dinamismo y diversión, herramientas imprescindibles para captar la atención de los niños.
Con este formato online también se ha contribuido a hacer que los niños usen sus dispositivos móviles más allá de los juegos interactivos a los que están acostumbrados. Han podido comprobar cómo desde sus casas se trasladaba a lugares reales que, tras la pandemia, podrán visitar y descubrir físicamente. Otro de los beneficios ha sido el poder interactuar con otros niños de su barrio, de su ciudad y de otras comunidades autónomas. En ‘Conectados desde el Salzillo´ los niños han podido aprender, al tiempo que se divertían.
Según Rafael Fuster, “hemos creado una manera única y diferente de estar, conocer y visitar el Museo. Ha sido un acercamiento natural para los niños desde la observación activa, siendo ésta una extraordinaria oportunidad de convivir entre las obras, aunque sea de manera virtual, formando parte del tejido cultural de la ciudad, no interrumpiéndolo”.
Fuster ha puesto a disposición de los niños las herramientas con las que descifrar conjuntamente los misterios de la creación, los secretos del trabajo escultórico de Francisco Salzillo y un sinfín de curiosidades… “Pero sin interrumpir la filosofía del proyecto inicial, donde trabajábamos solo en museos y que pretende que los niños convivan entre ese patrimonio que es suyo, que les pertenece y forma parte inseparable de sus raíces”, destaca Fuster.
Los participantes han podido ver algunos detalles que pasan inadvertidos incluso para aquel que visita el Museo de manera presencial: las huellas dactilares de Salzillo en el barro; marcas y reservas de la restauración en la policromía de las tallas; moldes de ojos para las esculturas; detalles en primerísimo plano…
“El objetivo que también perseguimos es que vean el Museo con perfecta naturalidad para que en un futuro regresen con igual naturalidad y familiaridad. La cultura, bien entendida, nos mejora como sociedad. Una educación temprana en arte es decisiva para esos futuros espectadores que -de haber recibido bien el significado y la importancia de ese patrimonio- serán trasmisores del mismo”, concluye Fuster.
¿Qué es El arte de los niños?
‘El arte de los niños’ es un proyecto educativo, dirigido por Rafael Fuster y Trinidad Abellán (Ars Longa Comunicación), dedicado a la enseñanza de las artes plásticas a niños de entre cuatro y doce años. Fomenta su expresión y creatividad dándole unas pocas, aunque necesarias pautas, huyendo de los programas didáctico encorsetados y de aquello que no suponga libertad. Este proyecto cristalizó en junio de 2018 con el reconocimiento internacional del Premio de mecenazgo CRISÁLIDA.
En concreto, Fuster pone al servicio de los más pequeños sus conocimientos en materia de las Bellas Artes, ofreciéndoles técnicas y herramientas inusuales en aulas escolares. Durante años ha impartido talleres dedicado a la educación plástica infantil en museos o centros culturales. Así, los niños han podido pintar frente a Velázquez (Museo Diocesano de Arte sacro de Orihuela), Picasso (MURAM Cartagena), Miró (Museo Arte Contemporáneo de Alicante), Ramón Gaya, Murillo, Zurbarán… Incluso el proyecto ha impartido talleres en la conocida como la España vacía, en Aragón, en un pueblo en el que se reunieron más niños que habitantes.
Fuster ha tratado de dar un paso más allá: trasladar su experiencia en circuitos de arte contemporáneo a la educación plástica. Se trabajan diferentes disciplinas: collage, escultura, pintura, grabado o reciclaje para fomentar su expresión y creatividad.
Con ‘El arte de los niños’ se pretende poner de manifiesto lo decisiva que es la educación plástica en la formación toda persona, pues ayuda a conocerse a sí mismo, desarrolla potencialidades, la motricidad, afectividad y cognición del niño.
Cada proyecto acaba con una exposición donde se reúnen los trabajos escogidos de los niños, de una vitalizad tremenda, picassianos. La única manera de concienciar a los adultos de la importancia de la educación plástica en los más pequeños es mostrando esos resultados.